Hay perros que al encontrarse a uno o dos pies de distancia de una persona, ya están con la lengua afuera para lamer de inmediato cualquier pedazo de piel que puedan alcanzar. Si bien uno que otro lametazo lleno de amor puede resultar agradable, no es tampoco cuestión de que seamos ahogados en nuestro propio hogar por una muy movible, ágil y babosa lengua. Y es que algunos perros no dan tregua ni un momento, en la medida en que van detrás de una persona de la cocina al cuarto y de ahí a otra habitación buscando piel en el horizonte cercano, donde posar su lengua. Los perros pueden tener la costumbre de lamer por varias razones. *Los cachorros, por ejemplo, pueden lamer a sus hermanitos en un gesto de acicalamiento. *Las madres lamen a sus cachorros para mantenerlos limpios. *Algunos perros adultos pueden lamer como signo de sumisión o deferencia hacia un miembro dominante de una jauría. *Te pueden estar diciendo que tu le gustas y quiere llamar tu atención. *El perro puede estar aburrido por falta de compañía y juguetes. *El perro puede pensar que a tí te gusta que te laman y está tratando de hacerte feliz. Aunque probablemente el lamer lo hace feliz en realidad a él. ¿A cuantas personas conocemos que les encanta abrazar y besar? Pues algunos perros son iguales. *A algunos les gusta el sabor de tu piel o de alguna crema o loción que lleves puesta y por eso te lame. *Esto tal vez puede sonar raro, pero a lo mejor necesitas un baño y tu perro te está ayudando en la tarea, ya que a algunos les gusta la piel sudada y salada. Si tu perro tiene el hábito de lamerte mucho y quieres detener esa costumbre, tienes que considerar primero porqué lo hace, para poder enseñarle que no es aceptable que lama demasiado. Si recibe tu atención cada vez que lo hace, sin darte cuenta lo estás premiando por esa acción. Así que en ese caso, tienes que hacer todos los esfuerzos posibles para ignorarlo cuando te lame y brindarle atenciones cuando no lo hace o cuando hace otras cosas o trucos que le puedas enseñar, para que de esta manera reciba el mensaje correcto. Por otro lado, tal vez te lame porque por el contrario no recibe ninguna atención tuya más allá de un mero saludito. En ese caso tienes que considerar, cuanto amor realmente le prodigas y si es verdaderamente poco, seguramente eres tú quien tiene que cambiar hábitos y compartir más con el animal y brindarle oportunidades de hacer ejercicios, jugar contigo o acicalarlo. Así también es bueno que le tengas varios juguetes con los que se pueda entretener mientras está solo. En otras ocasiones, tal vez tengas que aplicar a la superficie que lame, algo que no sea de su agrado, como el jugo de limón, para que vaya comprendiendo que tu piel, si es el caso, no tiene buen sabor y no vale la pena pasar la lengua. Algunos perros pueden responder si actúas como si te doliera cuando te lame. Si te quejas (sin gritos ni maltrato) y actúas como si te lastimara, tal vez se aleje buscando no hacerte daño. Como todos los entrenamientos, enseñar a un perro a que deje de lamer mucho, toma tiempo y esfuerzo. Con paciencia y consistencia puedes lograrlo, ya que tu perro por lo regular busca hacerte feliz.
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Para empezar, tenemos que recordar que es una acción normal el que a un cachorro le guste en ocasiones morder a las personas. Esto es así en parte porque están acostumbrados a morder a otros cachorros de su camada en el proceso de determinar cual de ellos es el jefe del grupo. Otros lo hacen porque están demasiado exitados o no saben manejar el exceso de estímulo y si no se les corrige a tiempo, no lo harán de manera saludable. Por el contrario, pueden llegar a convertirse en perros majaderos o incluso en perros verdaderamente agresivos. Y aclaremos, si es tu perro, no quiere decir necesariamente que tu perro quiera morderte, sino que no ha aprendido a manejar de otra manera su excitación. Independientemente de los motivos que tenga el cachorro, no puede considerarse como una gracia. Es un comportamiento que hay que tratar de corregir de inmediato, enseñándole que no debe morder a las personas u objetos de valor sino a sus juguetes. Debes de ser consistente y cada vez que muerda a una persona o algo que no quieres que muerda, debes de apartarlo y detenerlo de inmediato a la vez que le das uno de sus juguetes. Al mantenerse mordiendo el juguete tal vez podrías darle también alguna golosina para perros. De esta forma lo estarás educando, no con un castigo sino de manera positiva, lo cual lo disciplinará más rápido y sin maltrato. El castigo físico solo logrará conseguir romper el vínculo que quieres crear con tu perro porque empezará a tenerte miedo y por otro lado lo hará más agresivo. Si el cachorro muerde fuerte cuando estas jugando con él, puedes hacer lo que hacen otros cachorros al ser mordidos por sus hermanos: chillar o sacar un pequeño grito y también decir un fuerte NO. De esta manera el cachorro tiende a sorprenderse, deja de morder y retrocede. Hazlo cada vez que el cachorro muerda fuerte y si es necesario deja de jugar con él de 10 a 20 segundos y de esta manera estará aprendiendo que si quiere continuar jugando contigo tiene que ser gentil en sus mordisquitos o incluso no tenerlos. Si por el contrario, muerde porque le haces hacer algo que el no quiere y se pone tenso, no chilles ya que lo excitaras mas. En este caso sostenlo y mantenlo asi hasta que se calme. Una vez calmado dejalo ir. De esta manera entendera que quedara libre, no porque te ha mordido sino porque se ha tranquilizado. Muchas personas se imaginan a sí mismas caminando tranquilamente en un día hermoso acompañados de su perro, el cual va tranquilamente caminando a su lado disfrutando de la brisa como buenos compañeros. Pero la realidad es que lo que se vé muchas veces es al perro tirando de la persona como si estuviera en una competencia de trineos o algo por el estilo, casi ahorcándose al otro lado de la correa. Si tu perro es uno de estos, tal vez pienses que un collar de entrenamiento sea lo más beneficioso, pero es importante saber que no hay un solo collar o equipo que pueda entrenar por si solo a ningún perro. Estos collares son solo una pequeña ayuda para modificar el comportamiento del animal. En realidad la mayor parte del entrenamiento viene de la persona, está en TUS manos. Si no sacas el tiempo para entrenar al perro mientras está usando estos aditamentos, te encontrarás con la situación de que tan pronto quitas el collar hasta ahí llego el cambio de comportamiento y volverá a actuar como siempre. Los perro tiran de las personas por varias razones. Pero la explicación más simple es que sencillamente cuando ellos tiran nosotros los seguimos, permitiéndoles que "nos guíen" por todos lados al otro extremo de la correa. Si continuamos siguiéndolos la conexión inmediata en su cerebro es "entonces si tiro de la correa es igual a que la persona se mueva". Aquí el tamaño de la correa es irrelevante. Es igual si la misma es corta o larga porque el perro estará usando la presión de la correa en su cuello para darte la señal de que debes moverte. Así que en esencia, si esto no se controla, en realidad lo estarás entrenando para que te hale. Una acción que puedes seguir es enseñarle que tan pronto él tire de la correa tu dejarás de caminar. Te tendrás que vestir de paciencia ya que en principio te tomará más tiempo la caminata con tantas paradas. Pero si te detienes y solo caminas cuando no sientas presión en la correo o el collar, estarás demostrándole a tu perro que el casi ahorcarse de tanto tirar no lo llevará a ningún lado. Según las estadísticas casi 45 millones de hogares en los EE.UU. tienen un perro. Por lo que es lógico pensar que muchas de las personas que tienen perros hoy son primerizos. Con tanta gente con perros por primera vez en su hogar, es normal que se cometen algunos errores. ¿Cuáles son algunos errores comunes que cometen los primerizos con su perro? Veamos: 1. Yo amo a mi perro. Mi perro es como un hijo para mí. Por lo tanto, debo tratarlo como un niño. Sí ... y no. Todos amamos a nuestros perros. Y, es cierto que las ideas sobre el cuidado de los perros han cambiado rápidamente en el transcurso del siglo pasado. Compartimos nuestros hogares con perros. Les compramos alimentos especializados. Reciben buena atención veterinaria (ya quisiéramos que con todos así fuera). Todos estos cambios demuestran que los perros ocupan un lugar muy importante en nuestras vidas. Sin embargo, por el amor de tu perro, es un error olvidar que es un animal y no un ser humano. Por ejemplo, los perros pueden morder por cualquiera de todas las razones posibles. Si se olvida este hecho, accidentalmente, puedes estar permitiendo que tú o un niño sea mordido. Un perro tiene necesidades que son muy diferentes de las necesidades de un ser humano. Si antropomorfizas un perro completamente y le asignas sentimientos y motivaciones humanas con relación a todo, vas a terminar malinterpretando sus acciones. Para beneficio de tu perro, debes tratar de entenderlo como un perro y no como un niño con un disfraz peludo. 2. No logro hacer que mi perro haga algo. Ni siquiera me escucha. Los perros son más felices cuando entienden claramente las reglas. Responden mejor a una clara estructura y al liderazgo. No tienes que ser duro y casi maltratante con el fin de establecer claramente las reglas de tu casa. Por ejemplo, si no quieres que tu perro duerma en el sofá, tendrás que insistir en que se quite de allí cada vez que trepe al mismo. Y tendrás que ser coherente sobre la aplicación de la regla. No sacarlo del sofá unas veces y otras dejarlo que duerma a sus anchas. 3. Tenemos problemas de comunicación. Este es un problemita gordo con los primerizos. Suele aparecer en especial cuando tratas de enseñarle a que haga sus necesidades fuera de casa. Por ejemplo, si tu perro continúa usando de baño el interior de la casa después de haber intentado entrenarlo, lo más probable es que tienes un problema de comunicación y no estás captando bien las señales de tu perro. A veces estas señales pueden ser bien sutiles, sobre todo si este es tu primer perro. Así que tendrás que dedicarte a observar a tu perro como si fueras un halcón. Observa cuando olfatea el suelo. ¿Se desaparece detrás de una silla o un sofá? ¿Va a un lugar en la casa donde ya ha hecho antes sus necesidades? ¿Camina hacia la puerta, o al menos cerca de la puerta y tal vez dirige su vista hacia tí? Si hace cualquiera de estas cosas, entonces te está enviando una señal. Debes captarla rápido y llevarlo de inmediato al exterior. Incluso si se trata de una falsa alarma, ambos están haciendo progresos ya que estás mostrándole que estás prestando atención. Eventualmente captarás justo el momento correcto, la comunicación mejorará y en este caso en particular el perro aprenderá a hacer sus cositas en el patio ya que no tendrá tantas oportunidades de hacerlo adentro gracias a tu observación y consistencia. 4. ¡Mi perro destruye todo! Sí, tu perro destruye todo. Y por lo general, recibes un impacto terrible la primera o la segunda vez que llegas a casa y te encuentras con que tu maravilloso cachorro o perro recién adquirido ha hecho un picadillo de tu sala. Puede ocurrir tanto si este es tu primer perro o el décimo. Pero después de tu primer perro es menos probable que ocurra, ya que habrás aprendido algunos trucos. En primer lugar, ya sabes que es necesario ocultar todo lo que no quieras que tu perro rompa. En segundo lugar, te dás cuenta de que no es muy buena idea dejarle a tu nuevo perro toda la casa para que camine por todas la habitaciones, en especial mientras no estás en casa con él, al menos no hasta que sepas que es digno de confianza como para andar por la casa por su cuenta. Tal vez desees tener el cachorro en una jaula mientras no estás en casa. La regla general es que puedes tenerlo en una jaula una hora por cada mes de edad más uno. Por lo tanto, si el cachorro tiene por ejemplo tres meses de edad, podrás tenerlo encerrado durante cuatro horas. Otras personas prefieren colocar portones para bebé en la casa para poder limitar los espacios en los que puede estar el perro sin meterse en problemas o sencillamente tenerlo en un cuarto mientras está solo. Cualquiera de estas soluciones pueden ayudar a mantener a tu perro alejado de la posible destrucción de tu casa mientras estás fuera durante el día. 5. Mi perro tiene problemas de conducta. Muchos primerizos terminan teniendo perros adolescentes con problemas de comportamiento. Perros que destruyen la casa, perros que saltan sobre las personas, o que pueden ser agresivos, o que ladran excesivamente, que muerden muy duro cuando juegan, o que intentan morder cuando se quiere que hagan algo que no desean hacer. Todos estos problemas están relacionados con un dueño que no hizo nada para disciplinar y educar el perro cuando era un cachorro. Hubo una mala comunicación. Dejaste que el cachorro hiciera lo que quería hacer. Cuando el cachorro te retó, dejaste que ganara y se saliera con la suya. En resumen, un buen cachorro fue arruinado por un dueño que no sabe cómo criarlo. En muchos casos estos perros adolescentes con problemas de conducta se convierten en animales que van a parar a la calle tirados allí por su familia o a algún albergue donde nadie los quiere adoptar y terminan su corta vida cuando los ponen "a dormir". Nadie nace enseñado y te corresponde a tí educar a tu nuevo bebé para que crezca sano y con buenas costumbres. Que tu falta de interés y atención no lo conviertan en una víctima inocente. No es difícil criar a un cachorro correctamente, pero se necesita una buena comunicación. Tienes que prestar atención a tu perro y a las señales que te envía. Él es un animal y no puede hablar articulando palabras. Sólo te queda observarlo detenidamente y tratar de entender lo que quiere por las cosas que hace. Cuando lo entrenes tienes que ser justo, coherente y firme. Nunca hay que ser fuertes y torpes y no debes tratar de enseñar nada a tu perro cuando estés molesto/a. Los perros aprenden mejor cuando eres feliz y estás tranquilo/a. Por favor, tu perro te quiere y sólo tienes que encontrar la manera correcta de comunicarte con él. Asegúrate de que tienes el tiempo para comprometerte con el cuidado correcto antes de adquirir una mascota. Tu perro puede convertirse en tu mejor amigo, pero requiere de tu tiempo, el amor y la paciencia que le brindes. Si puedes hacer ese tipo de compromiso con tu mascota, aunque seas primerizo/a podrás tener una vida feliz junto al animalito. Al igual que las personas, las mascotas pueden llegar a desarrollar hábitos poco saludables, sucios, molestos y en ocasiones peligrosos. Pero las mascotas son como los niños: necesitan una guía y disciplina para vivir felices y saludablemente con los “adultos” en sus vidas. Establecer límites no significa desamor o falta de cariño. Significa estar claros acerca de qué comportamientos usted aceptará o no del animal. Un entrenador lo describió como una “bien organizada expresión de amor.” Y la única manera de comunicarlo es siendo consistente. Si usted permite que su perro se revuelque en el sofa un día y lo regaña por que al día siguiente hace lo mismo, terminará con una mascota bastante confundida. Junto con la consistencia, la otra regla cardinal es la inmediatez. Es importante corregir la mascota por un comportamiento indeseable tan pronto comete la ofensa y no dos horas o incluso dos minutos después. Los animales no razonan en la manera en que lo hacemos los humanos. Por ejemplo, digamos que su gato muerde sus plantas y lo castiga una hora después del suceso, cuando usted se da cuenta del mismo. Ya el gato está descansando tranquilamente en una esquina o jugando con algún juguete al momento de recibir el castigo. Por tanto el gato relacionará que lo han castigado por descansar o jugar con el juguete, en lugar de relacionarlo con el hecho de que mordió las plantas. Recuerde también que cada vez que su mascota presenta un comportamiento inaceptable, debe de tratar de descubrir el motivo detrás de ese comportamiento. Digamos que su perro se muerde la cola; usted obvimente quiere cambiar ese comportamiento, pero necesita saber por qué se muerde él mismo. Si el perro tiene una fuerte irritación, usted tratará el comportamiento del perro de manera muy distinta a si descubre que se muerde la cola simplemente porque está aburrido. Esperamos que no sea necesario decir que no hay nunca, jamás, una razón para golpear, jamaquear, gritar o hacerle daño de alguna manera al animal. Usted siempre tiene opciones para manejar cualquier comportamiento en una manera positiva. Además de cuidar sus necesidades físicas, es importante que un cachorro comience a aprender a edad temprana acerca del mundo que lo rodea . El período crítico para socializar se encuentra entre las 6 y 16 semanas de edad. Durante este tiempo, deje que el cachorro interactúe con los miembros del hogar, incluyendo la introducción supervizada a otras mascotas de la casa. Protéjalo y esté atento a que los niños y las demás mascotas no sean agresivas con él. Tenga en mente, que para la mascota adulta, un nuevo cachorro puede traer una nueva etapa en su vida, animándolos a ser más juguetones y a tornarse más activos o por el contrario, pueden recentir al recién llegado sintiéndose solitarios y deprimidos. Por lo regular, una mascota que ha vivido con otros animales desde temprana edad tiende a aceptar con mayor facilidad a un cachorro recién llegado, mientras que el “hijo único” no suele aceptarlo con mucha alegría. De todas maneras, la nueva situación suele ser estresante tanto para uno u otro y el dueño debe protejer tanto como sea posible la rutina de la mascota adulta. Evite cualquier situación donde entre en juego la competencia. Por ejemplo, mantenga los juguetes, la cama o el plato de comida de la mascota adulta fuera del alcance del recién llegado. Y si alguna de las mascotas tiene que ser amarrada o apartada de los demás en algun momento, generalmente debería de ser el recién llegado. La rutina del animal adulto debe continuar sin mayores cambios y el tiempo privado para disfrutar con su dueño debe estar asegurado. De esta manera se podrán evitar los celos que pueden traer problemas mayores. María Rivadulla, mamá de Fox (Hachi) Hachi, como fue bautizado originalmente, era un cachorrito de apenas un mes de nacido, cuando fue rescatado de la calle donde lo abandonaron a su suerte como muchos otros. Muchos de los que no sabremos nada ya que su vida habrá sido muy corta, porque es obvio que un bebé de tan poco tiempo de nacido es incapaz de sobrevivir por sí solo. Hachi ha sido la excepción gracias a una persona que al verlo no se lo pensó dos veces y lo socorrió llevándolo consigo. Fué cuidado amorosamente, se desparasitó, vacunó, castró y se dió en adopción a un hogar permanente que lo valora y lo ama como un miembro más de la familia. El inicio de su historia es muy similar a la de casi todos nuestros rescatados. ¿Por qué entonces presentamos aquí su adopción? Porque las acciones de su nueva mamá humana son un ejemplo de lo que toda nueva familia adoptiva debería hacer para que la llegada de ese nuevo bebé sea lo más satisfactoria posible, evitando así los celos, las confrontaciones y futuros problemas de adaptación que podrían terminar con una familia agotada y en el peor de los casos, con una nueva separación física y emocional ocasionada por la devolución del animalito. Así también es un ejemplo de como deberían de ser tratados todos nuestros miembros familiares de cuatro patas. Y que mejor que la nueva mamá contando en sus propias palabras la llegada de Hachi a su hogar. Los dejo aquí con la cartita que nos hizo llegar unos días después de la adopción del chico. "Hola Hilda. Un breve toque, entre mis locuras de hoy, para agradecerte enormemente el envío de Hachi (mi hija lo rebautizó como Fox, porque parece un zorrito y por lo inteligente que es). Como aquí tenemos a Spotty (la grande rubia bobota que verás en la foto), sacada del refugio de San Juan, y a Lucky (una rat-terrier que dejaron abandonada con seis meses), ambas de seis años, el proceso de adaptación tiene que ser uno realmente cuidadoso, para que todos al final se sientan bien. Yo no tiro perros a los patios. Todos convivimos aquí. Lucky duerme a los pies de mi cama. Spotty ella solita se puso a cuidar la puerta del comedor y ambas tenían su vida organizada. Así que el primer día fue de organizarle temporalmente un sitio apartado a Fox, dentro de la misma casa (el family room), con su cama, agua, juguetitos, etc.), y empezar poco a poco a establecer relación con las otras dos, de forma individual. La grande se mostró sorprendida (es un alma de Dios), inicialmente no le hizo caso y ya hoy juega con el chicuelo, que es un bebé juguetón, aunque en sentido general es tranquilo. La chiquita, como yo esperaba, perrita generalmente temerosa (debe haber sufrido agresiones antes que yo la recogiera de la calle), se mostró nerviosa y casi agresiva. Hoy tiene cara de resignación, y sólo busca estar a mi lado para que "la salve" de semejante huracán prieto. "Cada maestrito tiene su librito" como dice el refrán. El proceso de socialización lo estoy haciendo en la marquesina, lugar neutral para los tres. No me gusta hacerlo sacando a los perros a la calle, porque estoy añadiendo una variante que no es confiable, ya que ellos disfrutan los paseos, y cada uno está inmerso en su propia experiencia del caminar. Tengo perros desde los 6 años y además mis estudios académicos son en psicología. La observación y el cariño hacia perros, gatos y otros cosillos más, me ha permitido familiarizarme mucho con la identificación de la "personalidad" en cada uno. En definitiva, son iguales a nosotros en muchos sentidos, salvo en la inteligencia (estoy convencida que somos más "brutos" y que ellos resuelven mejor sus conflictos, cayendo en lo instintivo únicamente cuando de sobrevivir se trata). Fox es una chulería. Entiendo que es un alpha y que cuando crezca un poquito terminará siendo el líder o conductor de "la manada". Por el momento, Spotty hizo hoy esa función de forma bien natural aunque no esté en su naturaleza. Digamos, para establecer un símil, que se comportó como un líder a lo "Mandela", enseñando a Fox a no caerle encima a Lucky para jugar. No ha habido incidentes pero tengo que trabajar más con Lucky... en este caso, controlando que Fox no le brinque mucho o le ladre incitándola a jugar, porque para ella no está muy claro todavía que no es una amenaza, ese cosito negro que ha aparecido de pronto en su vida. Te adjunto fotos de la sesión de esta mañana donde ya los junté a los tres... y más o menos hubo buen comportamiento. Ahora en la tarde les dedicaré dos horas más... y creo que a partir de mañana o el domingo ya podré tenerlos todo el tiempo juntos." Y aquí les dejo con algunas fotos de Fox (conocido antiguamente como Hachi) Hacer que su perro haga sus necesidades en el patio lleva mucho tiempo y paciencia, por lo que se aconseja que usted comience a entrenar a su mascota durante sus años de cachorro o tan pronto como llegue a su hogar. Aunque es un poco frustrante, vale la pena el esfuerzo. Esta formación evitará las molestias provocadas por su perrito orinando en el suelo o defecando dentro de su casa. Hay varias maneras de educar a su mascota, pero independientemente del método que usted decida, lo que es esencial es entender el comportamiento de su perro. Los perros, como los humanos, tienen hábitos que cada custodio de un perro debe comprender. Muchos expertos dicen que los cachorros deben ser entrenados para hacer sus necesidades al menos 6 veces al día. Recuerde que los perros suelen evacuar en la mañana, después de cada comida ó 3 horas aproximadamente después de cada comida. Partiendo de esta información, usted puede ahora hacer un calendario para su cachorro. Tenga en cuenta que los cachorros, en especial los que tienen 1 ó 2 meses, no tienen la capacidad de controlar sus movimientos intestinales. Un buen truco para entrenar a su cachorro es llevarlo fuera de casa inmediatamente después de cada comida. Trate de crear con su perro una rutina deseable. La repetición es la clave aquí. Por ejemplo, usted puede llevar su perrito afuera a hacer sus necesidades en la noche, antes de dormir. O cuando te despiertas por la mañana, lleva al cachorro inmediatamente fuera de casa. La primera cosa que la mayoría de los cachorros hacen por la mañana es vaciar su intestino y su vejiga. Lleve a su mascota en la misma ubicación y quédese con él durante unos minutos. Haga esto una y otra vez y su mascota aprenderá las reglas y estará entrenado para seguir esta rutina. A lo largo de su formación, es necesaria la supervisión del perrito. Es necesario supervisar las acciones de su joven perro en todo momento. Para obtener más información, ver el siguiente video. Puede ser útil! Este artículo es cortesía de http://pet-articles.blogspot.com.
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EL BLOGBienvenidos al blog de los amantes de los animales. Aquí encontrarás información sobre la salud y los cuidados de los animalitos, consejos útiles, datos curiosos, noticias, entre otros. Información que nos gusta o nos hace falta conocer sobre nuestros fieles compañeros. Nota aclaratoria
Un consejo jamás debe sustituir la visita a un veterinario. No nos hacemos responsables de cualquier situación con tu mascota. Índice completo de artículos del blogCategorías
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